Finalmente primó la esquiada y la obsesión "tachamendi" sobre la idea del balaitús asi que nos encaminamos hacia el Pico Cristales que presumiblemente iba a tener mejor esquiada.
Subiendo camino del Labassa, dejamos el cruce primero al refugio Larribet a la derecha y luego el cruce para Ledormeur. Seguimos de frente y al poco de atravesar el Llano de Labassa ya podíamos calzarnos los esquís.
Habíamos salido de abajo con 10º, 6 grados más que el día anterior, se mascaba la tragedia nival, íbamos a encontrar una nieve de mier...
Tras unas tres horas y tal vez algo más de pateo y esquí, tras haber atravesado un avalanchoso valles llegamos al collado de Peyre de Saint Martín ya bajo un calor de justicia.
De aqui y tras flanquear el collado entrando en la vertiente Española cogimos una gran pala muy mal asentada y a nuestro juicio peligrosa asi que huella recta y a salir de ahi cuanto antes, no queríamos problemas, cada vez hacía mas calor y las pendiente se estaban agrietando del peso de la nieve primavera.
Tras ganar un montón de metros altura y vernos bajo la cima decidimos dar por finalizada la ascensión, la prudencia nos decía que no debíamos subir más y que teníamos que andarnos bien al loro en la bajada...
Vaya montazos con menudos bajadones veíamos emerger...
La bajada resulto a breves raticos divertida pero con nieve ya muy pesadota, salvamos el valle avalanchoso a media ladera como pudimos y conseguimos llegar de nuevo a Labassa donde nos encontramos con Poto y Belén que venían de Respomuso.
Las campas y los rincones que ofrecen Labassa nos invitaron a darnso un merecido descanso antes de afrontar la bajada a pie hasta el coche.
Finalmente llegadita primaveral, soltar la mochila, quitar las botas de esquí y los pies al río, todo un placer solo al alcance de aquellos que se animan a probarlo...
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