Ya os habréis dado cuenta, o no, que últimamente escribo poco en mi viejo blog. Lo sé, blogspot está un poco obsoleto y debería migrar a otros formatos, pero la irrupción de las RRSS nos pasó por encima a alguno.
A día de hoy sólo escribo cosas aquí cuando realmente quiero que perduren, que se pueda visitar recurrentemente y que no sea todo tan de consumo inmediato como en el resto de redes sociales.
Así pues para mi tiene sentido escribir cuando encuentro algo realmente relevante. Diría más, ya no relevante, sino de obligatoria difusión como viene a ser el caso.
Hoy ha llegado a mis manos esta pieza audiovisual. Dicho así podría ser cualquier cosa, pero lo cierto es que se trata, a mi juicio, de una obra maestra, de una pieza educativa digna de proyectarse en cualquier equipo de trabajo o en cualquier familia que quiera inculcar valores en su casa.
Hace años había que recurrir al cine o a las producciones profesionales para poder encontrar contenido audiovisual digno de verse, pero hoy en día todo es mucho más accesible y existen muchos más trabajos y muchos más autores que desde formatos íntimos tipo inside y con técnicas de story telling son capaces de conmovernos hasta lo más profundo.
Se disfruta todo, no hay "puntada sin hilo". Los silencios, los sonidos, las imágenes desenfocadas... muy "de saborear".
Reconozco que al principio del visionado de esta obra he empezado apuntado el minutaje de las escenas que creía que eran de mayor interés, pero una vez que he dado la vuelta al folio para seguir apuntando me he dado cuenta que era mejor invitaros a verlo completo.
No obstante no me resisto a recomendaros los siguientes:
> Del minuto 12 al 14
> Del minuto 16:55 al 17
Casi una hora y cuarto, si. ¿Os parece mucho? Os aseguro que será la mejor hora y cuarto invertida en toda la semana. ¿Cuánto tiempo le dedicamos a la TV o a las RRSS viendo "contenido regular" para no poder dedicarle una hora y cuarto a un documento como este? Con todos mis respetos a la TV y a las RRSS que las hay muy buenas.
Ya me contaréis vuestra opinión, quiero creer que cuando lo hayáis visto no volveréis a ver el trabajo en equipo y el deporte de la misma manera. Chicarrones que no paran el juego fingiendo una lesión, sino que siguen pedaleando por el equipo aunque se encuentren destrozados.
Bru-tal.
Disfrutadlo, si lo hacéis la décima parte que lo he hecho yo, ya será mucho.
4 comentarios:
Si, a mi me llegó ayer también y no dudé en verlo...Es una lección de vida, Me he quedado estupefaciente jejeje. Un abrazo.
Gracias Gorka por compartirlo y por tu comentario. Abrazooo!
Generalmente la idea que uno tiene de la realidad se construye en base a un relato. la idea del ciclismo épico que se tiene obedece a eso mismo; al relato que hacían los locutores (en una prosa poética), de los acontecimientos que ocurrían en las carreteras. La gente pegada a los transistores caían seducidos por el relato épico. Pero la realidad es bien distinta. Los protagonistas son carniceros, deshollinadores, carpinteros, albañiles, mineros...no son ni patricios, ni gladiadores jejeje.
Quiero decir que cualquier relato que nos ayude a ver la realidad de las cosas, aunque nos lleve al desengaño, será bien recibido.
A veces, casi siempre, nos hacemos una idea de las cosas en base a un relato. En el ciclismo, esa idea romántica del ciclista, la épica, la grandiosidad de este deporte, son ideas producto del relato de unos locutores, de unos periodistas, que con una preciosa prosa poética encandilaban a los oyentes, que pegados al transistor imaginaban vívidamente el desarrollo de las pruebas. Pero la realidad no es así...Los deportistas no son Patricios ni Gladiadores, son carniceros, deshollinadores, caprpinteros, albañiles etc. A menudo gente humilde como cualquiera de nosotros.
Cualquier relato que nos acerque a esa realidad será bién recibido.
(Crisis del desengaño jejeje).
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