martes, 12 de julio de 2022

Mi CDH en la Val d´Aran by UTMB

O podría haberlo titulado "Crónica de una muerte anunciada, que no resultó ser finalmente así"

Una vez más, y ya van unas cuantas, demasiadas, me presenté ante una prueba de máxima exigencia, con un entreno muy mediocre y unas condiciones generales bastante discutibles.
A priori acabar llevándome la meta era una quimera, una auténtica locura, pero "una vez pagado" había al menos que ir a intentarlo (o no), porque el no ya lo tenía.

Recogida dorsal, 7 de Julio, San Fermín.Recogida del dorsal, 7 de Julio, San Fermín.

Esta situación no me disgusta tanto en el aspecto deportivo sino más en el aspecto  personal, es una pequeña decepción conmigo mismo por no haber sabido comprometerme con la prueba y sus exigencias. 
De alguna manera presentarse así en una línea de salida me parece una falta de respeto a la misma, así que además de flojo me presenté en la línea de salida con poca gana, la tragedia de mascaba.

A partir de la salida a las 6 de la mañana en la localidad aranesa de Les tocó salir atrás y con la única intención de ir haciendo camino poco a poco. Aunque había gas para al menos unos pocos kilómetros la idea de que no iba a ser capaz de terminarla ya me rondaba la cabeza y no me dejaba disfrutar, pero al menos ya hay "oficio" y los kms. iban cayendo.

Dorsal en ristre y con la sangre ya en las piernas la maquinaria empieza a funcionar, lo cierto es que si algunos vamos con poco en estas pruebas de larga distancia llama la atención que siempre ves a gente que aún va con menos, con mucho menos.

Camino a Canejan y tras superar varios parones provocados por la masificación de corredores en zonas estrechas llegamos al primer avituallamiento, a partir de este una bajada hasta Sant Joan de Torán y ya totalmente inmersos "en carrera". Me llama la atención, y aquí lo denuncio, que veo muchos envoltorios de productos energéticos en el suelo, no pueden ser fruto de una casualidad, hay que tomar cartas en el asunto.

El recorrido de momento es favorable en cuanto a estrategia ya que tras varios kms. y hasta ahora seguimos inmersos en el bosque y por lo tanto no nos vemos azotados por el desgastador calor.
Al rato, camino al Coth de Uerri, recién salidos del bosque, me cruzo con el gran Quim Farrero de la Revista Trail, un imprescindible del trail, que me saca una sonrisa y esta foto. Un placer mestre!

Subiendo al Pas Estret
Subiendo al Pas Estret. By Quim Farrero.

Llegamos al pas stret, un precioso collado, no sé si llevo buenas piernas, pero quizá si un pelo mejores que las de otros pues no paro de adelantar a gente sin forzar. También hay que decir, que durante bastantes kilómetros la senda es muy estrecha, el adelantamiento por fuera es muy precario y hay gente que no facilita NADA ser adelantado y esto fue un calvario muchas veces. ¿Existe alguna ley no escrita? Lo normal será facilitar ¿no?
Aquí en el Pas Stret recuerdo que había un chico, un espectador, muy majo que nos da indicaciones alegres y precisas de cuanto nos quedaba hasta el punto más alto. Da gusto la gente que se desvive en darte info precisa de cuanto queda a la cima o a un avituallamiento, te ayuda mucho, sin duda debía ser corredor también.

Llegamos al Coth de Montoliu y nos vemos envueltos ya en un entorno de alta montaña y de minas de hierro abandonadas, un paraje bellísimo donde además se corre "fácil" y donde además de tener unas magníficas vistas del macizo de Aneto - Maladeta me encuentro con otro fotógrafo amigo, mi tocayo Borja Ibán, al que pillo con la cámara "enfundada" pero aún así tiene en detallazo de sacarla, correr un poco y dispararme esta fotillo. Eskerrik asko Iban!

Encuentro con Borja Iban.
Encuentro con Borja Iban. 

La bajada hasta Montgarri es larga y sube la temperatura, opto por llevar los bastones plegados para bajar más rápido y sobre todo cómodo, hasta ese punto quizá los había montado y desmontando no menos de 20 veces tratando de optimizar su uso. La verdad es que los Leki Trail Micro Pro se montan y desmontan tan rápido y fácil que te lo puedes permitir.


Llegada a Montgarri, a partir de aquí, de una manera u otra pensaba que ya conocía el recorrido, aunque luego resulto que ni la mitad. Avituallo y salgo para Beret, allí sé que me esperan la bolsa de vida, aunque no llevaba prácticamente nada en ella, y sobre todo mi amigo Alfonso y su familia, mis cicerones en el valle estos días, eternamente agradecido.

Pues nada más salir veo una subida, saco los bastones y uno de ellos no quiere bloquearse, así que tras varios intentos desisto, no hay manera. Contrariado le mando un audio a Alfonso para pedirle que me consiga otros, sin ellos veo imposible afrontar lo que queda, que aún son más de 60 kms. con mucho desnivel.

Sin bastones y un poco "girado" llego pronto a Beret por suerte, allí está Alfonso que ha conseguido unos bastones pequeñitos pero que al menos me serán de ayuda para lo que venga por delante.

En Beret avituallo con algo de pasta y mucha bebida, me vengo arriba con los ánimos de Alfonso ya que sigo muy poco animado y salgo junto a él. Atravieso el Plá de Beret al trote y enfilo para abajo hacia Salardú. Pensaba que bajaba más directo pero lo hace atravesando Bagergue y Unha. Sin duda el pasó por Bagergue mereció la pena ya que ahí me esperaba por sorpresa Carme, del hotel Seixes, una joya de persona que junto a su familia nos hace sentir en su hotel siempre como en casa. ¡Gràcies Carme!

En Baguerge con Carme del Hotel Seixes.
En Baguerge con Carme del Hotel Seixes.

En Salardú nuevo avituallamiento, el sol ya aprieta, no hay especial ambiente y enseguida salgo ya para Tredòs, lo mejor los ánimos de la gente que está en las terrazas disfrutando, ellos si 😂, de la Val d´Aran.
Venía pensando que la subida a los baños de Tredòs sería por toda la árida pista que se sube en coche, pero por suerte nos meten paralelos al rio con bastante sombra. Aquí ya vamos bastante separados y ni adelantas ni te adelantan muchos. En cada ocasión que pasamos realmente cerca del río... parada a remojar la gorra.

En Banhs de Tredòs me vuelven a visitar Alfonso y su familia, el calor continúa al alza, me siento, hidrato, pero ya hace varios avituallamientos que no como, no me entra nada, estómago cerrado.
Aquí vuelvo a salir junto a Alfonso y tras "demostrarle a su cámara" que puedo correr me pongo a andar nada más doblar la esquina, jajajaja. 

Aquí comienza uno de mis peores momentos de la carrera, el calor me mata y el desconocimiento del itinerario hace que no tenga nada claro como hacer. Me vengo un poco abajo y me siento varias veces a recomponerme sufriendo el adelantamiento de varios corredores. Una vez en el circo de Colomers, esto es un continuo sube-baja pero me voy encontrando mejor y les devuelvo el adelantamiento a casi todos. En los ultras es "gracioso" ver como te vas pasando la pelota de los malos ratos de unos para otros.

Llego a Colomers, bastante acalorado, a veces parar es peor que haber continuado, a mi los avituallamientos me acaban sentando muchas veces mal.

De aquí hasta Arties, pasando por Pruedo y Montromies me lo conozco bastante bien de haber pasado decenas de veces con la bici, territorio "Aran Bike Parks". Pensaba que esto me beneficiaría  que aquí correría todo. Nada más lejos de la realidad. La subida aún la hago bien pero en la "cómoda" pista que baja hacia Pruedo y en todo el recorrido plano que lleva hasta los túneles casi lo ando todo y hasta debo parar en la cuneta con arcadas. Por cierto, benditas arcadas, no consigo vomitar, porque no hay nada que expulsar, pero me "reorganiza" el estómago y voy mejor.

Llego a Montromies, avituallo y salgo para abajo por la senda que Marc y David de AbP se han currado para las bicis, pero que hoy han tenido el detalle de dejárnoslo usar a los sufridos korrikalaris.
Bajando camino a Arties me pilla la noche, así que pongo frontal y así hasta abajo ya. ¡Lo que eché de menos una mountain bike!

Arties es el punto clave, es el "Gloria o muerte", prácticamente último punto donde retirarse o salir a por la meta, llevamos más de 90 kms. en las patas y 5000 metros de desnivel.
Tengo bastante claro que a estas alturas quiero acabar pero no sabía si iba a ser capaz de afrontar esos casi 1200 metros de desnivel que teníamos desde allí del tirón hasta el Tuc de Cauva.

Es tanto el miedo que le tengo y tan poca la confianza que tengo en poder hacerlo, que me paro en el avituallamiento un buen rato, más que en cualquier otro, a esforzarme en recomponerme. Me fuerzo a comer, consigo tomar un par de pinchos de tortilla de patata entre arcadas y un par de mordiscos de coca. Ya he comido aquí más que en resto del día. Me hidrato lo  mejor posible, lleno los depósitos y cuando el azúcar se me sube a la cabeza me vengo arriba, envalentono y gracias al aplauso y el ánimo de los voluntarios y espectadores salgo espoleado camino a meta.

No hace mucho frío, unos 15 grados, pero los corredores estamos destemplados y débiles después de todo el día dándonos caña así que salgo abrigado. Error, pronto me tengo que parar a quitar la manga larga que me había puesto y vuelta a la camiseta Salomon Sense Aero con la que he corrido todo el día.

Tengo claro que hay un avituallamiento tras 700 metros de desnivel y voy contando metro a metro con el altímetro. Muscularmente voy bien, es curioso, cuanto más dura se hace la subida más contento me pongo ya que hace que los metros se ganen más rápidamente, lo que me interesa es acabar pronto con esta agonía.
El altímetro me dice que debemos estar apunto de llegar, el camino tumba y estoy seguro que pronto veré el avituallamiento de Santet.
Llego al último avituallamiento y me siento mientras intento beber algo, me quedan 400 metros más hasta la cima e incluso entonces aún dudo si seré capaz. La verdad es que mientras corres no piensas más que ir tirando, pero es en los avituallamientos donde la comodidad, la protección y la posibilidad de retirarse alimentan tus demonios. Me abrigo (Con la ayuda de una voluntaria ) y para arriba, no pienses -> corre.

Me cuesta bastante hacer estos 400 y pico metros, de hecho creo que me siento una o dos veces y me adelantan 4 o 5 corredores. Poco a poco voy un poco mejor, coronamos y ya me veo "Finisher". La bajada comienza "pina" y "resbalizante", terreno de alta montaña, aquí no hay quien corra, lo justo me/nos mantengo/mantenemos de pie. La verdad es que voy muy justo pero veo que el resto no va mucho mejor, llegado un momento me vengo arriba, miro en el reloj el kilometraje y me doy cuenta que me quedan 4 kilómetros cuesta abajo a meta. Tomo la decisión de correrlos todos aunque las patas me ardan y así lo hago, gloria o muerte, voy adelantando a bastante gente y ver el paso de los metros en el reloj me anima a ir cada vez más rápido, ya veo las luces que tienen que ser de Vielha, vamos, vamos, vamos...

¡Por fin! Tras adelantar a muchos corredores me adelanta un corredor portugués, me planteo resistirme, suelo hacer buenos finales, pero veo que lleva un punto más que yo y a estas alturas que más da. 

Ya en las calles de Vielha, los voluntarios nos van indicando los cruces y nos animan, son las 02:30 de la mañana y por fin pisamos la recta de meta, allí esta Alfonso esperándome, que tío más grande! 
Corriendo con la vista puesta en el luminoso arco de meta y animado por los vitores y aplausos de los generosos espectadores que esperan a los suyos llego al arco y tiro de la cuerda de la campana que te acredita como FINISHER de la CDH (Camins d´Her) de Val d´Aran by UTMB.

Meta inmerecida de la CDH tras 20:29 horas.
Campanada en la inmerecida meta de la CDH tras 20:29 horas.

Gracias a todos los amigos que tuve la suerte de ver por el camino (Jordi Gavaldá, Quim Farrero, Borja Ibán, Carme, Jose Miguel Muñoz, Guillem Casanovas, Gabi, etc...) gracias a mi familia que me siguió online y a través del chat. Gracias a los amigos del "Montaña zizur" que tambien se interesaron por mi progreso y sobre todo gracias a
Alfonso Alzugaray y su familia que tanto me apoyaron y cuidaron de mi. Gracias también Ibon Cormenzana por haber tenido el detallazo de llevarme a la línea de meta a esas horas intempestivas, espero coincidir contigo en muchas más.

De una experiencia así tiene que salir un antes y un después. Correr de esta manera, sufriendo todo el rato no merece la pena, no compensa. No nos pagan para estar 20 horas pasándolo mal. No culpo a nadie sino a mi mismo. 
Cuando uno dice que lo ha dado todo, no es verdad si no ha puesto todos los medios para llegar en las mejores condiciones. Se empieza a darlo todo meses antes, no sólo el día de la prueba, que también.

¡Hasta la próxima! (o no).

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Enlace a la actividad en STRAVA
 

Enlace y pantallazo LiveTrail: 







2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que gran placer, haber coincidido otra vez, gran admiración por tú gesta y por tu humildad, abrazo de los míos, AMIGO!!

bOrJa VaLdÉs dijo...

Hola "Anónimo"! Ahora no caigo quien eres pero estoy seguro que yo también disfruté del encuentro. Gracias y un abrazo!